jueves, 6 de octubre de 2016

Desaparecer no es igual para todos

Siguiendo el caso de la desaparición de la adolescente Diana Quer en la provincia de Pontevedra y de la increíble repercusión mediática en comparación con otros casos de personas desaparecidas, me hago la pregunta de por qué los medios de información dedican más tiempo y atención a unos casos frente a otros. Y me respondo casi al mismo tiempo a mí mismo: es que todos los desaparecidos no son iguales. Existen unos de primera y otros de segunda categoría. Algo así como ocurre en esa ley hipotéticamente "igual para todos" que nos aseveraba nuestro monarca emérito a la hora de convocar a alguien al banquillo de los acusados.


En el presente caso de Diana Quer los medios se han volcado desde el minuto uno. Los múltiples ingredientes de su misteriosa desaparición eran terreno abonado para que los tertulianos televisivos de turno se lucieran en cábalas y elucubraciones: la pugna entre los padres de la joven, la ocultación de información por parte de la madre, la retirada a ésta por dictamen judicial de la custodia de su hija menor, Valeria, el último mensaje nocturno de Whatsapp de Diana a un amigo en el que le comenta que le inquieta un hombre que se ha dirigido a ella con lo de "morena, ven aquí", la ausencia de respuesta posterior a la pregunta de su amigo por la desconexión del móvil de Diana en un momento dado de la noche, la declaración del padre en la que sugiere que su hija se relacionaba con amistades "que podían estar bordeando la ley" (con lo de ambigua que resulta esta frase de por sí), la inexactitud o duda por parte de la madre acerca de qué ropa llevaba su hija el día de su desaparición, y un largo etcétera de elementos que han hecho que las diferentes vías de investigación apuntasen en los primeros momentos a una desaparición o retención involuntaria; y tras los últimos y presuntos avistamientos de la chica en calles y establecimientos cercanos a una zona concreta del Camino de Santiago junto a un individuo con acento inglés y aspecto de peregrino, seguirse la pista de una supuesta desaparición voluntaria del hogar familiar.